domingo, 6 de noviembre de 2011

… plato lleno

Los últimos sondeos realizados por el CIS no arrojan datos excesivamente alentadores, como tampoco cabía esperar. Nueva mayoría absoluta de la obligatoria alternativa “tuyamía” a la que inevitablemente estamos expuestos con las imperantes normas de juego. Es decir, seguiremos tragando ruedas de molino porque una minoría de votantes convierte en absolutistas a un grupeto de amigos quienes se otorgan carta libre para hacer o deshacer a su antojo en representación de toda una nación. “Iluminatis” de poco pelo dotados de infalibilidad para encontrar soluciones.

Local: ¿El buen camino o el chocolate del loro?

La prudencia aconseja que en tiempos tan críticos acojamos las iniciativas institucionales con cierto recelo. El comienzo de los recortes presupuestarios relativos al Capítulo I no debe ser motivo de especial alegría, pues pone de relieve el mal uso que, durante años, nuestros representantes electos han hecho de los recursos locales, asumiendo un endeudamiento galopante sin la menor prudencia ni miras de futuro y creando un aparato burocrático insostenible. Además, esta falta de profesionalidad en la gestión política tiene daños colaterales con nombres propios, el de todos los empleados que están pasando a engrosar la lista del paro. Sin embargo, me pregunto hasta dónde serán capaces de llegar y qué precio estarán dispuestos a pagar con la toma de decisiones.

La Educación y su falta

Los recortes a los que se están viendo sometidos tanto el sistema sanitario como el educativo no es un ataque contra el personal funcionario, sino un claro atentado contra la igualdad social. La población no es consciente de la magnitud de un problema, nada equiparable con la pérdida de unos pocos puestos de trabajo, que apunta intencionadamente a los derechos básicos de los ciudadanos.

Cuesta abajo y…

Corren tiempos difíciles, casi catastróficos, apocalípticos socialmente. Pero, a pesar de que los ciudadanos de a pie, la gente corriente, parecen despertar de su letargo y el clamor de la indignación social se expande cada vez con mayor insistencia, los actos de los “titiriteros” que gestionan los recursos comunes no inducen a albergar mucha esperanza en una solución adecuada para semejante injusticia.

viernes, 8 de abril de 2011


Me preocupa e indigna cuando los despropósitos, ataviados de normalidad, se alojan impertérritos en nuestras vidas. No importa su desmedida magnitud, pues ya hay quienes se encargan de soliviantarlos solemnemente.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Tiempos Modernos

La intervención militar en Libia pone de relieve las tácticas “disuasorias” utilizadas por la comunidad internacional para inmiscuirse ilegítimamente en asuntos internos de naciones libres cuando hay en juego alguna contrapartida económica o de estrategia geopolítica. Ni el respaldo de Naciones Unidas ni la excusa de una acción pro defensa de los derechos humanos albergan fuerza moral suficiente para quebrantar el devenir de un país.

martes, 22 de marzo de 2011

Corrupción (II)

                 
La corrupción política no es un hecho aislado y ajeno a la idiosincrasia social española. Gozamos, desde hace siglos, de una extensa tradición y fama plasmada con brillantez en las primeras novelas picarescas. En la actualidad, la figura del pícaro, fácilmente reconocible en amigos o vecinos con quienes compartimos tertulias cotidianas, sigue manteniendo, sin tachadura alguna, toda nuestra admiración y respeto. Defraudar al fisco, trabajar en negro, pagar menos de lo que está estipulado, falsear datos para obtener ayudas, becas o subsidios, fingirse enfermo para faltar al trabajo, no cumplir horario laboral o abusar de los recursos ajenos para beneficio propio, entre otras artimañas, proporcionan el rol de “listillo” y es garantía de éxito. Nadie denuncia este tipo de actos antisociales que atentan contra el bien común. “En un cortijo grande, sólo los tontos se mueren de hambre”, dicho celebrado a lo largo y ancho de nuestra nación.